Primavera, verano, otoño, invierno... y primavera
- David Olivar
- 26 ago 2019
- 2 Min. de lectura

Para empezar a quien se le ocurriría este título tan extremadamente largo e innecesario en fin jajaja no me quejare aquí os dejo el título en Koreano “Bom yeoreum gaeul gyeoul geurigo bom” como os habéis quedado. Aunque ellos lo hacen fácil dibujan una letra de esas de las suyas con un tejado arriba como si fuese una casa y ahí está todo el nombre de la película, son unos genios literalmente.
Sinopsis: Dos monjes viven en un monasterio aislado. Bajo la atenta mirada del más viejo, el más joven ve pasar las estaciones de la vida. Primavera: un niño monje se ríe de una rana que intenta librarse de una piedra que tiene en la espalda. Verano: un monje adolescente conoce el amor. Otoño: un monje de treinta años intenta hacer algo que va contra su naturaleza. Invierno: el monje está próximo a la vejez y alguien llega al monasterio. Primavera: el viejo monje conversa con la naturaleza; cerca de él juega un niño monje.

Todo pasa en una casita flotando en un lago rodeado de altas montañas y unida al mundo a través de una barca que llega al dintel de una puerta que se abre sobre un camino. Dentro de la casa el espacio aparece dividido de forma ritual por puertas invisibles que deben ser respetadas como si existieran realmente; el agua en todas sus formas, lago o hielo, es el hilo umbilical, el camino hacia el mundo; los árboles, con las hojas que cambian de colores según la estación, marcan el paso del tiempo. En la casa vive un hombre santo y un niño que será sucesivamente un adolescente, más tarde un adulto.

En la primavera el niño empieza su aprendizaje, que le prepara para sus andanzas por el mundo. Juega, ríe despreocupadamente, comete travesuras (pobre pez, rana y hasta serpiente) que le van enseñando el valor de la culpa y del respeto hacia la vida y los sentimientos ajenos. En verano el niño se ha convertido en un joven impetuoso atormentado por sus pasiones, por las urgencias de su cuerpo joven y fogoso, (ya no quiere jugar solo con los animales del bosque y rio). En otoño el aprendizaje de la expiación de las culpas, de la resignación y la aceptación, mientras su maestro le ayuda con firmeza a atravesar por esta dura etapa. En invierno el aprendiz se transforma a su vez en maestro. Habiendo interiorizado y canalizado los dolores sufridos, habiéndose conformado y reconciliado consigo mismo. Y de nuevo la primavera el nuevo ser empieza su aprendizaje, que le prepara para sus andanzas por el mundo. Todo es un gran ciclo. Las estaciones. La vida y la muerte. El día y la noche. Los años. PUNTUACION 8/10
Os dejo un pequeño vídeo de cuando es un guaje cabroncete
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